domingo, 30 de mayo de 2010

MAYO, MES DE NUESTRA MADRE MARÍA SANTÍSIMA

"A quien Dios quiere hacer muy santo, lo hace muy devoto de la Virgen María".
San Luis de Monfort

¡Me encanta esta imagen de Nuestra Señora de la Sabiduría!

EL AMOR A MARÍA ES UNA GRACIA DE DIOS

El amor a María es un amor que nos nace por gracia del Señor. El amor a María es un regalo de Dios, es sobrenatural. Sólo puede nacer de Dios que nos da la gracia, el don de amar a su madre, con un amor sublime, de veneración, de gozo. Ella, que está llena del Espíritu Santo, nos brinda esa efusión con cada abrazo. Así como llenó del Espíritu a Isabel, su prina,  nos llena a cada uno de nosotros con esa alegría inmensa que le hizo cantar el Magniticat, cada vez que la recibimos en la casa de Nuestro Corazón.  Y así como sirvió con humildad a Isabel, siendo ella La MADRE de Nuestro Señor, nos ayuda con su amor de Madre a limpiar nuestro corazón, a mantenerlo fresco, sencillo y humilde, para hacer de él una morada de su Hijo Santísimo.

Te invito, querido hermano/a, a que en este mes de María le consagremos nuestro corazón, nuestra mente, nuestros ojos, nuestras manos, nuestros pies. Para amar como ella, para tener esa sabiduría suya, su prudencia, sus virtudes; para imitarla en todo; para contemplar al Señor como ella lo hace; para servir y no esperar ser servido, para caminar sólo hacia Jesús y sólo hacia él. 
¡Gracias Señor por tu creación más sublime que nos has brindado en tu amor infinito! ¡Gracias por darnos a tu Madre, María Santisima, la estrella más bella de la creación!

¡Gracias Madre por llevarnos a Cristo! Queremos brindarte en este día, las flores más bellas del planeta que fueron creadas para ti, como el niñito Jesús te las traería. Protégenos en tu Sagrado Corazón de la acechanzas del enemigo y llévanos a Cristo, Jesús. Amén.

domingo, 23 de mayo de 2010

TORMENTA EN EL VASO

TORMENTA EN EL VASO

Vivimos en un mundo dialéctico; de contrastes, de contraposiciones o contrapuestos, aparente e ilusorio, donde necesitamos parámetros para discernir.. Por eso, muchas veces no distinguimos las proporciones y creemos que un soplo es un huracán; hasta que podemos ver en perspectiva y observamos qué ridículos hemos sido al cacarear ante nada. A veces, una vacilación nos parece un terremoto. Y luego, gracias a Dios, Él nos muestra la medida, y nos revela la verdad. El Señor debe ser la medida para todo. No debemos apartar nuestros ojos de él, asémonos fuertemente de su túnica y cuando podamos alcanzarlo, de su brazo. Que él nos sostenga y nos estire fuera del mar borrascoso al que caemos por nuestra falta de fe, por nuestras dudas, como Pedro.

Utilizando siempre nuestro limitado pensamiento dialéctico, puedo ver mi fe, cuando me encuentro ante personas carentes de Cristo. Así, puedo verte a vos en mi vida y cuánto confío en vos.

SEÑOR:
Sé que sos mi baluarte y mi sostén. CONFÍO EN VOS SEÑOR, con todo mi corazón, con toda mi alma y con toda mi mente. Confío en Vos, Señor y te amo. Sé que tienes un propósito para mí. Sé que me tienes fuertemente asida de mi brazo derecho y me conduces con firmeza. NO ME SUELTES SEÑOR. ¡Te lo suplico por tu Madre María!.
Sé que me hablas todo el tiempo, y que tu amor me reconforta. Sé que me sostienes en tu mano, y que si estás conmigo, nada ni nadie puede contra mí si estás conmigo. Porque te temo Señor, y sos mi protección. Porque me dijiste Señor, que si estás conmigo ¿qué temeré?.
Gracias, Señor.
MLF/mlf  mayo 2010